La valoración funcional es uno de los pilares de la valoración en el adulto mayor y consiste en el estudio de las capacidades físicas del anciano en todo su espectro, desde las tareas motoras más simples y su capacidad de autocuidado hasta el ejercicio y la independencia en el medio ambiente. El objetivo primordial de la valoración funcional es detectar problemas para instaurar medidas preventivas y terapéuticas, y tradicionalmente se ha basado en el constructo de la discapacidad, por lo que solo el adecuado conocimiento del proceso de discapacidad de las personas mayores permitirá saber cómo, dónde y cuándo debe realizarse una adecuada valoración funcional.
FUNCIÓN FÍSICA
MANEJO Y TRATAMIENTO
La prevención e intervención sobre la fragilidad se puede entender en tres niveles. El primero, evitando que aparezca con medidas de fomento de actividad física y estilos de vida saludables (prevención primaria). El segundo, detectándola precozmente antes de que sea evidente o en sus primeras fases evitando su progresión (prevención secundaria). Por último, el tercero, evitando las consecuencias asociadas una vez establecida (prevención terciaria).
El tratamiento del síndrome de la fragilidad debe ser individualizado para cada sujeto, debido a la gran variabilidad en la etiología y presentación del síndrome, así cómo a la variabilidad en los condicionantes personales y ambientales de cada persona.
La intervenciones deben ser los suficientemente largas y mantenidas en el tiempo como para garantizar la recuperación o el mantenimiento de las funciones perdidas, así como para prevenir y controlar los estresores intercurrentes, entre los que destacan la hospitalización, la institucionalización, los fármacos, las caídas y los accidentes.
Nuestro objetivo es trabajar en la prevención y detección del adulto mayor con una función física disminuida para tomar acciones y frenar o revertir el síndrome de la fragilidad para evitar caídas, institucionalización y dependencia el máximo tiempo posible, en definitiva, que tengamos una mejor calidad de vida hasta el final.
La medición de la Velocidad de Marcha (VM) es fundamental.
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