Diferentes características se han asociado a la fragilidad. Destacan el sexo femenino, la edad, la discapacidad prevalente en actividades básicas de la vida diaria, la multimorbilidad, el riesgo de depresión, el deterioro coginitivo y la mala calidad de vida. Los mayores frágiles tienen mayor número de enfermedades crónicas que los no frágiles, mayor carga de comorbilidad y un mayor consumo de fármacos habituales.
Es importante destacar que la fragilidad es un estado dinámico, con sujetos que entran y salen del mismo, que varían a lo largo del continuum robusto-prefrágil-frágil , y que, además, pueden evolucionar a discapacidad y muerte si no la detectamos y tomamos actuaciones. El desarrollo y la evolución de la fragilidad no son fenómenos lineales, con diferentes factores que interaccionan de manera multiplicativa o exponencial para originar un estado de ineficacia fisiológica.
CONSECUENCIAS DE LA FRAGILIDAD
La relevancia del síndrome de la fragilidad radica en que es un importante predictor de eventos adversos graves en ancianos entre los que destacan:
Mortalidad: los mayores frágiles presentan un riesgo dos veces mayor de mortalidad que los robustos, y los prefrágiles un 33% mayor.
Hospitalización: tanto los frágiles como los prefrágiles tienen un mayor riesgo de hospitalización a los 3 años.
Discapacidad en las Actividades Básicas de la vida diaria (ABVD) y las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD): El riesgo de los frágiles de presentar discapacidad incidente es mayor que en los robustos.
Institucionalización: el riesgo de institucionalización en los pacientes frágiles se multiplicaba por 5,5 y en los pregrágiles, por 3.
Fracturas y caídas: si los comparamos con los sujetos robustos, los frágiles y los prefrágiles presentan mayor riesgo de fracturas.
Calidad de vida: existe una asociación inversa entre fragilidad y prefragilidad con calidad de vida, tanto en la esfera física como en la mental.
Deterioro cognitivo: la fragilidad aumenta el riesgo de alzhéimer.
Malnutrición: el 68% de los adultos mayores malnutridos son frágiles, mientras que el 8,4 de los adultos frágiles se identifican como malnutridos.
PREVENCIÓN Y DETECCIÓN
Debemos aprender a manejar el concepto de fragilidad, que aborda el deterioro y vulnerabilidad de la población, un nuevo desafío al que nos enfrenta a hacer frente a las demandas del día a día.
El proyecto Speed-Age ofrece un servicio especializado digital para detectar al adulto mayor expuesto a eventos adversos de salud.
¿Sabías que con el pasillo de marcha Speed-Age podemos evitar caídas, revertir el estado de fragilidad y en consecuencia, aumentar en el tiempo la calidad de vida de los mayores?
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