CRIBADO DE FRAGILIDAD (limitación para las Actividades Básicas de la Vida Diaria).

El cribado de fragilidad se realiza para detectar a adultos mayores con limitación funcional.

Esta prueba se puede realizar de diferentes formas.

Una de las pruebas es la SPPB, normalmente utilizada en los Servicios de Geriatria, Terapeutas Ocupacionales y Fisioterapeutas que trabajan con el Adulto Mayor. Otras opciones son la prueba ¨levántate y anda¨ cronometrado (TUG) o la prueba de la velocidad de marcha (VM) sobre 4 metros, esta última, implantándose con fuerza en el sector farmacia, centros socio sanitarios y centros de fisioterapia.

Se plantea la posibilidad de asociar una escala de valoración de las actividades instrumentales de la vida diaria (AIDV) para la evaluación y comparativa en el tiempo, aunque no como medición aislada. Si el centro de salud, farmacia, centro socio sanitario…, no dispone de las condiciones de espacio físico para realizar una prueba de ejecución, se utilizará una escala de fragilidad: VIVIFRAIL

VALORACIÓN PARA EL RIESGO DE CAÍDAS

Después de haber realizado el cribado de fragilidad, se basa en tres preguntas cortas:

  • ¿Has sufrido alguna caída en el último año?
  • ¿Ha sufrido más de una caída en el último año?
  • ¿Presenta algún trastorno significativo de la marcha?

PREVENCIÓN DEL DETERIORO FUNCIONAL

Personas autónomas no frágiles.

Personas con resultado no alterado en la prueba de ejecución SPPB >10 puntos; TUG ≤ 20 segundos o Velocidad de Marcha ≥0,8 m/s. Se les realizará una valoración del nivel habitual de actividad física, seguida del consejo oportuno, basado en la recomendaciones generales para su grupo de edad.

También se realizará una valoración de la alimentación y consejo sobre alimentación saludable. Todo ello se englobará en una valoración y consejo integral sobre estilo de vida saludable.

Se realizará un nuevo cribado de fragilidad, con la misma herramienta utilizada con periodicidad semestral o anual.

Personas mayores frágiles.

Para abordar la fragilidad es necesario actuar sobre su principal factor riesgo, LA INACTIVIDAD. Las intervenciones que se han centrado en la actividad física y la nutrición han demostrado su eficacia en retrasar e incluso revertir los síntomas tanto de la fragilidad como de la discapacidad. La actividad física también ha demostrado ser eficaz para mejorar el estado cognitivo y fomentar el bienestar emocional. Si, además, las intervenciones son grupales, se añade el beneficio de la promoción del bienestar y de las redes sociales entre las personas mayores.

El seguimiento al adulto mayor frágil se realizará con la misma herramienta utilizada con periodicidad de 8 semanas.

LA VELOCIDAD DE MARCHA CON SPEED-AGE

La técnica más empleada para determinar el tiempo que se tarda en caminar una distancia predeterminada es con un cronómetro manual, aunque la exactitud se puede ver afectada por la variabilidad intra e interobservador . Por todo ello, nuestro equipo de investigadores integrado por Gunnar Andersen, Héctor Caulín y Pedro Abizanda, diseñó en 2016-2017 un pasillo de marcha automatizado para medir VM en condiciones de práctica clínica habitual a las personas mayores. Este dispositivo se viene empleando sin problemas desde entonces con más de 16.000 mediciones a día de hoy sin problemas.


El nuevo pasillo de marcha SPEED-AGE consta de un trayecto de 4 metros con dos sensores que indican el inicio y el fin de la caminata.
El sanitario que realice la medición indicará cuando iniciar y cuando finalizar la caminata.
Los sensores envían su información a un programa informático al que están conectados y que calcula la VM.
El sistema permite recoger datos de forma personalizada y hacer un seguimiento en el tiempo y ver la evolución después de la intervención o incluso si no existe tal intervención, observar las diferencias.
Se pueden incorporar estos datos a la historia clínica del paciente o crear una propia.

Para más inf@: informacion@speed-age.es

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