LA PROGRESIVA PÉRDIDA DE FUNCIÓN HASTA LA DEPENDENCIA

Hay una relación muy estrecha entre la funcionalidad y la fragilidad

 Conviene recordar que en personas mayores es estado de dependencia aparece en un 60% de manera progresiva, gradual. La principal limitación para esta forma de detección es no contar con buenos instrumentos de valoración de actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), o muy pocos, que son las que más interesa valorar, ya que la alteración en actividades básicas de la vida diaria refleja mayores grados de dependencia

Estas AIVD requieren mayor grado de autonomía personal, y son necesarias para mantener la independencia en el hogar y además poder permanecer autónomamente en la comunidad (hacer compras, preparar la comida o realizar labores de casa, desplazarse fuera del hogar y utilizar medios de transporte, usar el teléfono, llevar la contabilidad doméstica, etc.); se asocian a tareas que implican la capacidad de tomar decisiones e interacciones más difíciles con el medio.

CLASIFICACIÓN

Hay formas de envejecer y dependiendo de esto, se atribuye a un ¨grupo¨ realizando una valoración tipo test para segmentar a la población:

  • Personas mayores con enfermedad crónica. Presentan una o varias enfermedades crónicas, pero sin problemas funcionales, mentales o sociales.
  • Personas mayores en riesgo de deterioro funcional. Aquellas que conservan su independencia de manera inestable y que se encuentran en situación de riesgo de pérdida funcional, bien porque tienen una serie de factores de riesgo para tener episodios adversos o deterioro, o bien porque tienen ya un deterioro incipiente o reciente en su funcionalidad, todavía reversible, sin causar aún dependencia ostensible. Engloba a los ancianos frágiles. Son más vulnerables ante cualquier proceso agudo o intercurrente, influido por su entorno psicosocial y la atención sanitaria y social recibida, de instauración de dependencia más o menos intensa y definitiva.
  • Personas mayores en situación de dependencia de carácter transitorio o de carácter permanente, independientemente de su intensidad.
  • Persona mayor en situación de final de la vida. Aquella que presenta una enfermedad en fase terminal con una expectativa de vida generalmente menor de 6 meses. Englobaría tanto a pacientes con enfermedad oncológica como no oncológica en fase avanzada o terminal y con limitación funcional grave no reversible, con síntomas intensos, complejos y cambiantes.

 Test de “velocidad de la marcha”

 El test de “velocidad de la marcha”20 (recorrer 4 m a un ritmo normal) se considera predictor de episodios adversos, predice mortalidad y hospitalización, y se considera éste un buen punto de corte como marcador de fragilidad.

Los puntos de corte de VM (normalmente menores a 0,8 m/s) se emplean como método de cribado para identificar ancianos en riesgo de los eventos adversos de salud, empleándose en la toma de decisiones en este grupo poblacional 

El dispositivo Speed-Age está diseñado para realizar la medición de manera fiable, automática y sencilla, quedando grabado el registro en la historia del paciente (o creando una propia). El registro te permite realizar un seguimiento en el tiempo y valorar la evolución

Bibliografía

Guralnik, JM, Ferrucci, L., Pieper, CF, Leveille, SG, Markides, KS, Ostir, GV, Studenski, S., Berkman, LF y Wallace, RB (2000). Función de las extremidades inferiores y discapacidad posterior: consistencia entre estudios, modelos predictivos y valor de la velocidad de la marcha solo en comparación con la batería de rendimiento físico breve . Revistas de Gerontología – Serie A Ciencias Biológicas y Ciencias Médicas , 55 (4).

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