A lo largo de los años, hemos aprendido mucho sobre cómo cuidar la piel: protegerla del sol, hidratarla, elegir buenos productos… Las arrugas de expresión ya no nos sorprenden, y sabemos que con pequeñas rutinas podemos suavizarlas y retrasar su aparición.
Pero… ¿sabemos cómo cuidar lo que no se ve?
¿Sabemos cómo prevenir los signos del envejecimiento funcional?
El envejecimiento funcional no se nota en el espejo, pero sí en el día a día.
• Nos cuesta un poco más levantarnos del sofá.
• Subimos escaleras más despacio.
• Sentimos que nos falta fuerza o estabilidad.
• Aparecen pequeñas inseguridades al caminar.
No es cuestión de alarmarse. Pero sí de prestar atención. Igual que cuidamos nuestra piel con cariño y constancia, también podemos cuidar nuestra movilidad, nuestra fuerza y nuestra autonomía.
¿Cómo podemos hacerlo?
🌿 Movimiento diario, aunque sea suave. Caminar, levantarnos más a menudo, estirarnos.
🥗 Buena alimentación, con suficiente proteína y nutrientes clave como la vitamina D.
💪 Ejercicios adaptados, que nos ayuden a mantener o mejorar la fuerza y el equilibrio.
🌞 Salir al aire libre, movernos y recibir algo de sol.
🩺 Chequeos periódicos, que nos orienten sobre cómo está nuestra salud funcional.
Señales a las que conviene prestar atención:
• Caminamos más lento de lo habitual.
• Nos sentimos más cansados sin razón aparente.
• Hemos perdido algo de peso sin buscarlo.
• Necesitamos más apoyo para hacer tareas cotidianas.
Son señales suaves, pero importantes. Muchas veces marcan el inicio de una etapa en la que, si actuamos, podemos prevenir fragilidad y mantener nuestra calidad de vida durante muchos más años.
Cuidar el cuerpo no es solo cuestión de estética.
También es una forma de regalarnos bienestar, autonomía y confianza en lo cotidiano.
Envejecer bien no significa no cambiar. Significa seguir sintiéndonos capaces, activos y conectados con nuestra vida.
Cada vez hay más profesionales de salud formados en longevidad y en envejecimiento saludable.
Y no te olvides de una cosa:
Debemos dejar de ver al geriatra como un médico solo para personas muy mayores y enfermas.
Es, en realidad, el especialista en salud del adulto mayor y el mejor aliado para prevenir la dependencia.
Porque si alguien sabe cómo cuidar la función física, la autonomía y la calidad de vida con los años, ese es el geriatra.